¿CUÁNDO SE COMIENZA A ENSEÑAR A LEER Y ESCRIBIR?


La visión acerca del aprendizaje de la lectura y escritura ha cambiado a lo largo del tiempo. Hasta la primera mitad del siglo XX, se aprendía a decodificar en los primeros años de escolaridad y luego a leer comprensivamente y a expresarse, pues la lectura y la escritura eran considerados aprendizajes instrumentales, base para la adquisición de nuevos conocimiento. Pero esta manera de entender estas actividades ha cambiado y en el contexto actual nos encontramos con que, “saber leer y aprender a leer… es leer libros y una diversidad de textos complejos… que forman parte del paisaje cotidiano de la ciudad y las necesidades de las personas para actuar…Así mismo, saber escribir y aprender a escribir, es producir textos en situaciones reales de comunicación”[1].

Desde las consideraciones actuales acerca del aprendizaje de la lectura y la escritura, puede sostenerse como lo hace Alejandra Medina en su ponencia: “Leer y escribir desde la sala cuna: entrar en el mundo del lenguaje escrito”, que los niños deben ingresar al lenguaje escrito desde temprana edad. Medina da una serie de argumentos de los cuales quisiera destacar tres:

1. La lectura y escritura son prácticas culturales. Esto quiere decir que son “actividades realizadas por grupos humanos con propósitos determinados en contextos específicos” (Pág.2). La relación por lo tanto, de los niños con la lectura y la escritura, se construye a través de los usos que observa en su familia, profesor, etc. y de la relación que éstos tienen con el lenguaje escrito.

2. Leer y escribir son actos de construcción y comunicación de significados y no “sonorizar unos signos”. Leer es “un acto en que el lector moviliza su inteligencia con el fin de construir los sentidos de un texto.
[2]”, “es un proceso de interacción entre el lector y el texto, mediante el cual el lector construye un significado, utilizando sus propios conocimientos y las claves que el texto le proporciona.”[3]

3. Estamos inmersos en un mundo letrado, la vida cotidiana del niño se desarrolla en un ambiente de textos. Es por este motivo que debiéramos potenciar esta realidad y utilizarla para que vayan interiorizando las lógicas del lenguaje escrito. Debemos por lo tanto hacer que los niños visibilicen los textos de su entorno.

Existen muchos propósitos para leer un texto, algunos de éstos son:
- Obtener información precisa
- Seguir instrucciones
- Obtener información general
- Para aprender
- Para revisar un escrito propio
- Para comunicar un texto a un auditorio

Para lograr una buena comprensión lectora en nuestros alumnos, como educadores debiéramos preocuparnos de desarrollar una serie de habilidades en los mismos. En el texto “Leer para comprender, estrategias de lectura” de Baeza, P. y Solís, C. se señalan algunas de las cuales quisiera destacar:
- reconocer las ideas principales y secundarias de un texto
- explicar el contenido de un texto
- hacer inferencias
- hacer predicciones
- hacer hipótesis
- hacer conexiones
- resumir la información leída

Cuando nos enfrentamos a un texto, activamos a veces de manera inconsciente, estrategias que nos ayudan a construir el significado del texto. Como profesores debemos conocerlas y preocuparnos de practicarlas y modelarlas con nuestro alumnos, para que ellos se las vayan apropiando e interiorizando de manera que luego, cuando esten sólo frente a un texto, recurran a ellas.
Entre las estrategias de lectura (= secuencias de acción dirigidas a la obtención de emtas de aprendizaje, en este caso, comprensión de lectura) encontramos:
- Conocimientos previos
- Conexiones
- Clarificaciones
- Predicciones
- Inferencias
- Paráfrasis
- Visualización


Bibliografía:
- “Leer y escribir desde la sala cuna: entrar en el mundo del lenguaje escrito”, Medina, A.
- “Leer para comprender: estrategias de lectura”, Baeza, P. y Solís, C.
[1] “Leer y escribir desde la sala cuna: entrar en el mundo del lenguaje escrito”, Medina, A. Pág. 3
[2] “Leer y escribir desde la sala cuna: entrar en el mundo del lenguaje escrito”, Medina, A. Pág. 4
[3] “Leer para comprender: estrategias de lectura”, Baeza, P. y Solís, C. Pág.1